Qué puede hacer el avalista si el titular no paga

Qué puede hacer el avalista si el titular no paga
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Cuando una persona decide avalar a otra en una operación financiera, es importante tener en cuenta las consecuencias que esto puede acarrear en caso de impago por parte del titular. En este artículo, nos centraremos en qué puede hacer el avalista si el titular no paga, detallando las opciones legales y procedimientos que tiene a su disposición.

En primer lugar, es fundamental entender qué es un aval. Un aval es una garantía que una persona, denominada avalista, ofrece a una entidad financiera o acreedor para respaldar el cumplimiento de una obligación económica por parte del titular. Esto significa que, en caso de que el titular no cumpla con el pago acordado, el avalista se convierte en responsable de hacer frente a la deuda.

Una vez que el titular ha incumplido con su obligación de pago, el avalista puede tomar diferentes acciones para proteger sus intereses y recuperar el dinero prestado. En primer lugar, puede intentar llegar a un acuerdo amistoso con el acreedor, para establecer nuevas condiciones de pago o buscar una solución alternativa que sea beneficiosa para ambas partes.

En caso de que no sea posible llegar a un acuerdo amistoso, el avalista puede acudir a la vía judicial para reclamar el pago de la deuda. Para ello, deberá interponer una demanda judicial contra el titular, alegando el incumplimiento de la obligación y solicitando la ejecución de la garantía que representa el aval.

Es importante tener en cuenta que, durante el proceso judicial, el avalista debe contar con una documentación sólida que respalde su reclamación. Esto incluye el contrato de aval, los documentos que demuestren la existencia de la deuda y las comunicaciones previas realizadas al titular en relación al impago.

Una vez que se ha presentado la demanda, el tribunal evaluará las pruebas presentadas por ambas partes y dictará una sentencia. En caso de que la sentencia sea favorable al avalista, se abrirá un proceso de ejecución en el que se embargarán los bienes del titular para obtener el dinero adeudado.

Es importante destacar que el avalista también tiene la opción de ceder su crédito a un tercero, es decir, transferir la deuda a otra persona o entidad. Esto puede resultar beneficioso si el avalista no desea continuar con el proceso legal y prefiere recuperar su dinero de forma rápida y sencilla.

Cuándo se puede ir contra el avalista

1. El avalista es una persona que se compromete a responder por las obligaciones de otra persona, en caso de que esta no pueda cumplirlas. Es una figura que se utiliza comúnmente en los contratos de préstamos, arrendamientos u otras transacciones financieras.

2. En general, se puede ir contra el avalista cuando el deudor principal incumple con sus obligaciones. Esto significa que si el deudor no paga la deuda o no cumple con los términos acordados en el contrato, el acreedor puede reclamar al avalista el pago de la misma.

3. La ley establece que el acreedor debe agotar todas las vías de reclamación contra el deudor principal antes de poder dirigirse al avalista. Esto significa que se debe demostrar que se han realizado todos los intentos razonables para cobrar la deuda directamente del deudor antes de exigir el pago al avalista.

4. Es importante tener en cuenta que el avalista solo puede ser demandado una vez que se haya declarado la falta de pago del deudor principal. Esto implica que el acreedor debe tener una sentencia judicial o un título ejecutivo que demuestre la existencia de la deuda y el incumplimiento del deudor.

5. Además, el avalista solo puede ser exigido a pagar hasta el monto máximo establecido en el aval. Es decir, si en el contrato se establece un límite de responsabilidad para el avalista, el acreedor solo podrá reclamar hasta esa cantidad.

6. También es importante destacar que el avalista puede defenderse de la demanda presentando pruebas de que ha cumplido con sus obligaciones o de que existen motivos válidos para no ser considerado responsable de la deuda.

7.

Derechos del avalista: ¡Conócelos!

Como avalista de un préstamo o contrato, es importante conocer los derechos que te corresponden. A continuación, se mencionan algunos de ellos:

1. Información y transparencia: El avalista tiene derecho a recibir toda la información necesaria sobre el préstamo o contrato en el que está avalando. Esto incluye conocer el importe, plazo, intereses, condiciones y garantías.

2. Consentimiento previo: Antes de que el avalista sea comprometido en un contrato o préstamo, debe dar su consentimiento de manera previa y expresa. No se puede obligar a una persona a ser avalista sin su consentimiento.

3. Limitación de responsabilidad: El avalista tiene derecho a establecer límites en su responsabilidad. Puede acordar un límite máximo de la cantidad que está dispuesto a avalar, evitando así asumir deudas desproporcionadas.

4. Modificación de condiciones: Si las condiciones del préstamo o contrato cambian, el avalista debe ser informado y dar su consentimiento nuevamente. No se pueden modificar las condiciones sin su conocimiento.

5. Cancelación del aval: El avalista tiene el derecho de solicitar la cancelación del aval una vez que el deudor principal ha cumplido con sus obligaciones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto puede tener implicaciones legales y que la entidad financiera puede solicitar garantías adicionales.

6. Acceso a la información: El avalista tiene derecho a solicitar información actualizada sobre el estado del préstamo o contrato en el que está avalando. Esto incluye el pago de cuotas, intereses y cualquier otro aspecto relevante.

7. Protección frente a abusos: El avalista tiene derecho a ser protegido de prácticas abusivas por parte de las entidades financieras. Esto incluye la imposición de cláusulas abusivas o condiciones desfavorables.

Es importante que el avalista conozca y comprenda estos derechos para poder ejercerlos de manera adecuada. Además, es recomendable asesorarse legalmente antes de firmar cualquier documento como avalista.

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