Qué pasa si avalo a alguien y no paga: consecuencias y soluciones.

Qué pasa si avalo a alguien y no paga: consecuencias y soluciones.
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Cuando nos encontramos en situaciones financieras complicadas, es común buscar alternativas para obtener un préstamo o garantizar una deuda. Un aval puede ser una opción a considerar en estos casos, ya que implica asumir la responsabilidad de pagar la deuda en caso de que el deudor principal no cumpla con sus obligaciones. Sin embargo, es importante entender las consecuencias y buscar soluciones antes de decidir avalar a alguien.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que avalar a alguien implica un riesgo financiero considerable. Si el deudor principal no paga, el avalista se convierte en responsable de la deuda y debe hacer frente a su pago. Esto implica que, en caso de impago, el avalista puede ser incluido en listas de morosos, lo que dificultará su acceso a futuros préstamos o créditos.

Además, el avalista puede ser demandado judicialmente por el acreedor en caso de impago. Esto podría llevar a embargos de sus bienes o incluso a la ejecución de la deuda a través de la venta forzosa de propiedades. Es importante destacar que, aunque el avalista tenga bienes a su nombre, estos no están exentos de ser embargados en caso de impago.

Existen diferentes soluciones para evitar estas consecuencias negativas. La primera y más obvia es asegurarse de que el deudor principal tenga la capacidad financiera para pagar la deuda. Antes de avalar a alguien, es recomendable analizar su historial crediticio, sus ingresos y su capacidad de pago. Si existen dudas sobre su capacidad para cumplir con sus obligaciones, es mejor no avalar.

Otra opción es establecer un contrato de aval con condiciones claras y limitaciones. Por ejemplo, se puede establecer un límite máximo de responsabilidad para el avalista, de manera que solo se haga responsable de una parte de la deuda. También se pueden establecer cláusulas que permitan al avalista desvincularse de la deuda en determinadas circunstancias, como la venta del bien adquirido con el préstamo.

En caso de impago, es importante actuar de manera rápida y buscar soluciones para evitar que la deuda se acumule. Ponerse en contacto con el acreedor y negociar un plan de pagos o buscar alternativas de refinanciación pueden ser opciones viables. En algunos casos, es posible solicitar la cancelación del aval una vez que el deudor principal haya saldado su deuda, aunque esto dependerá de las condiciones establecidas en el contrato de aval.

Problemas cuando un avalista no paga

Cuando un avalista no cumple con su responsabilidad de pagar una deuda en caso de que el deudor principal no lo haga, pueden surgir una serie de problemas tanto para el deudor como para el propio avalista. Algunos de estos problemas son:

1. Repercusiones legales: Si el avalista no paga la deuda, el acreedor puede iniciar acciones legales tanto contra el deudor principal como contra el avalista. Esto puede resultar en embargos de bienes, demandas judiciales y la posibilidad de figurar en registros de morosos.

2. Deterioro de la relación: En muchos casos, el avalista es un familiar o un amigo cercano del deudor principal. Cuando el avalista no cumple con su obligación de pago, esto puede generar tensiones y conflictos en la relación, llegando incluso a la ruptura de la misma.

3. Daño a la reputación: Tanto el deudor principal como el avalista pueden ver dañada su reputación en el ámbito financiero. Si no se paga una deuda avalada, esto puede afectar la capacidad de ambos para obtener créditos en el futuro, ya que los bancos y las entidades financieras podrían considerarlos como personas no confiables.

4. Pérdida de bienes: Si el avalista no cumple con su obligación de pago, el acreedor puede iniciar un proceso de ejecución de bienes para satisfacer la deuda. Esto significa que el avalista podría perder propiedades, vehículos u otros activos que tenga a su nombre.

5. Responsabilidad compartida: Aunque el avalista es en última instancia el responsable de pagar la deuda en caso de impago del deudor principal, en muchos casos ambos deben asumir la responsabilidad de hacer frente a la deuda. Esto puede generar dificultades económicas para el avalista, ya que puede no contar con los recursos necesarios para hacer frente al pago.

Dejar de ser aval: opciones para liberarte

Cuando decides ser aval de alguien, estás asumiendo una gran responsabilidad financiera. Ser aval implica respaldar a otra persona en caso de que esta no pueda cumplir con sus obligaciones de pago. Sin embargo, hay momentos en los que puedes querer dejar de ser aval y liberarte de esta carga.

Existen varias opciones que puedes considerar para dejar de ser aval:

1. Pago anticipado: Si la persona por la que eres aval tiene la posibilidad de realizar un pago anticipado, puedes solicitarle que lo haga para liberarte de la deuda. De esta manera, la entidad financiera cancelará la deuda y dejarás de ser aval.

2. Renegociación del préstamo: Otra opción es que la persona por la que eres aval negocie con la entidad financiera para modificar las condiciones del préstamo. Esto podría incluir la reducción de la cantidad de dinero prestado o la extensión del plazo de pago. Si se llega a un acuerdo, podrías quedar liberado de tu responsabilidad como aval.

3. Buscar un nuevo aval: Una alternativa es que la persona por la que eres aval encuentre a otra persona dispuesta a tomar tu lugar. En este caso, deberás asegurarte de que la entidad financiera esté de acuerdo con el cambio y que se realice la correspondiente modificación en el contrato.

4. Refinanciación del préstamo: Si la persona por la que eres aval tiene dificultades para pagar la deuda, podría considerar la opción de refinanciar el préstamo. Esto implica negociar con la entidad financiera para obtener mejores condiciones de pago. Si se logra la refinanciación, es posible que puedas dejar de ser aval.

5. Garantías adicionales: En algunos casos, la entidad financiera podría aceptar otras garantías adicionales como sustitutas del aval. Por ejemplo, la persona por la que eres aval podría ofrecer una propiedad o un vehículo como garantía. Si se llega a un acuerdo con la entidad, podrías quedar liberado de tu responsabilidad.

En cualquier caso, es importante que consultes con un experto financiero y legal para evaluar las opciones disponibles y determinar cuál es la mejor estrategia para dejar de ser aval. Recuerda que cada situación es única y que las soluciones pueden variar según tus circunstancias particulares.

Comparte este artículo para que tus amigos y familiares estén informados sobre las consecuencias y soluciones de avalar a alguien y así eviten futuros problemas financieros.

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